El Educador Social en el Tratamiento Ambulatorio de Adicciones

La figura del Educador Social en el Tratamiento Ambulatorio de las Adicciones

Llaurant La Llum C.A.T.A Centro de Atención en Trastornos Adictivos

Autoras: Álvarez, Paula. Guillem, Mª Carmen

Profesión: Educadoras Sociales de Llaurant La Llum

Palabras clave

Educador/a social, adicciones, tratamiento ambulatorio, cambio estilo de vida, ocio, tiempo libre, relaciones sociales, factores de riesgo, factores de protección, control de estímulos.

Introducción: El educador Social

Para entender el papel que desempeña el educador/a social es importante determinar cuál es la finalidad de la práctica educativa e ir completando su conceptualización. Durante el comienzo de la profesión los primeros pasos se centraban en paliar situaciones de forma asistencial. Es decir, el sujeto era subsidiario de una acción dirigida y en la que poco podía incidir. Esto ha ido evolucionando con el paso del tiempo hasta llegar a ser la persona el motivo principal de la acción. Dicho de otro modo, el educador debe potenciar las capacidades de las propias personas y facilitarle herramientas para que puedan desenvolverse con eficacia en un contexto cambiante y en circunstancias adversas.

Entre las funciones del educador nos encontramos con:

  • Ser favorecedores de autonomía y promover el cambio.
  • Desarrollar actividades de ocio y tiempo libre.
  • Favorecer relaciones sociales saludables.
  • Favorecer el desarrollo cultural, sociolaboral, institucional y comunitario de la persona.

Además, dentro de los ámbitos de actuación del educador/a encontraríamos seis campos de intervención:

  • Infancia.
  • Adolescencia y juventud.
  • Personas adultas.
  • Tercera edad.
  • Adicciones.
  • Atención comunitaria, disfuncionalidad y salud mental.

No obstante, en este artículo nos vamos a centrar dentro del campo de las conductas adictivas, concretamente en la parte del tratamiento de las adicciones desde un Centro de Atención en Trastornos Adictivos (C.A.T.A.).

La figura del educador/a social en el tratamiento de adicciones

Cuando entramos  a reflexionar sobre la figura del educador/a social y sus funciones dentro de la intervención socioeducativa no debemos ajustarnos a un único perfil. El desarrollo de su labor se puede dar en diferentes ámbitos, contextos y situaciones entendiendo que, como cita Petrus Rotger ,1997, 26-27 “es todo aquel que tiene capacidad o cualidad de educar, es decir, dispone de capacidad o energía para formar o educar al ser humano, a través de acciones o procesos conscientes o inconscientes”.

En el campo del tratamiento de las adicciones, esto es una herramienta fundamental y a la vez, compleja. La labor debe ir enfocada a dotar a los educandos de estrategias que ayuden a prevenir o a contrarrestar los efectos sociales y personales de la adicción. Para ello, es fundamental potenciar las capacidades personales y las fortalezas del sujeto fomentando el cambio de estilo de vida.

El Educador Social en el Tratamiento ambulatorio de Adicciones (C.A.T.A):

La CATA ofrece tratamientos personalizados e individualizados adaptados a las necesidades de cada persona trabajando desde una perspectiva multidisciplinar (educador/a social, psicólogo/a y médico psiquiatra) y dentro del Modelo Cognitivo-Conductual.

Estas intervenciones se llevan a cabo con personas adultas, y en ocasiones, además de tratar la adicción, nos encontramos con el abordaje en patología dual. Por ello, muchas veces el trabajo consiste en desaprender lo aprendido y volver a construir puentes entre conductas desadaptativas y conductas más adaptativas que permitan una mejor integración de la persona.

Dicho esto, el tratamiento se puede enfocar desde diferentes perspectivas:

  • Como respuesta para ofrecer un seguimiento a otro tipo de recursos, generalmente, de carácter residencial.
  • Cuando la persona simplemente no necesita de un recurso más intensivo y se plantea su tratamiento desde esta intervención.
  • Por falta de conciencia de problema y/o para trabajar la motivación al ingreso.

Es importante destacar que la periodicidad del tratamiento en comparación con un recurso de carácter residencial, entre otras cuestiones, también sería diferente. Se iniciaría con un tratamiento de carácter semanal y/o en el caso de ser necesario se intensificarían las sesiones, así como cuando la persona va cumpliendo los objetivos terapéuticos establecidos en esa fase del tratamiento, se irían reduciendo en cantidad y en espacio de tiempo. Por lo tanto, no se podría hablar de un máximo en la duración del tratamiento ya que cada uno de ellos está adaptado a la individualidad de la persona y a sus necesidades.

Funciones del educador social en el tratamiento ambulatorio de adicciones

Dentro de las funciones básicas del educador social podemos encontrar entre otras:

  • En un primer instante se encontraría la recogida de información y evaluación acerca de la problemática de la persona, situación familiar, laboral, relacional, de formación, económica y de historia toxicológica, para su posterior conocimiento e intervención. Además, mediante técnicas como la entrevista motivacional, asertividad, empatía y escucha activa se generaría el rapport, es decir, la alianza terapéutica entre la persona y el terapeuta, abordando un problema que debe ser solucionado por ambos.
  • Trabajar la gestión emocional para lograr estabilizar el estado anímico de la persona a lo largo del tiempo.
  • Identificar y gestionar los factores de riesgo de la persona, es decir, todo aquello que aumente las posibilidades de ponerse en riesgo y ser facilitadoras de tener un consumo y/o de tener una recaída, por ejemplo, situaciones desencadenantes, horas del día, personas y contextos tóxicos.
  • Fomentar los factores de protección, es decir, aquellos que disminuyen las probabilidades de que la persona esté en riesgo, como por ejemplo, las relaciones sociales saludables, familiares y comunitarias, el estudio o el trabajo, el tiempo libre y de ocio que sea de calidad y alejado del consumo.
  • La búsqueda de actividades de ocio y tiempo libre (o.t.l), gestión y programación del tiempo, fomentando así una resocialización positiva. Podrían ser actividades como yoga, pilates, pádel, voluntariado, club de lectura, cine, exposiciones…
  • Búsqueda de empleo y reinserción sociolaboral, adaptadas a las necesidades de la persona y facilitando las herramientas que sean necesarias para el buen funcionamiento de la misma.
  • Estimulación cognitiva, entrenamiento en Habilidades Sociales, mejora de la autoestima y el autoconcepto, así como fomento de la toma de decisiones relevantes en su día a día.
  • En caso de ser necesario, valorar la gestión económica como un factor más de protección.
  • Trabajar la prevención de recaídas, disminuyendo así las variantes que puedan incidir en la posibilidad de que desencadene en un consumo y/o recaída.
  • Mantenimiento de los objetivos alcanzados a lo largo del tiempo fomentando la instauración del nuevo estilo de vida.

Conclusiones:

Por lo tanto, la figura del educador/a social, en el tratamiento ambulatorio, sería un pilar necesario en el tratamiento de las adicciones, contribuyendo al cambio de estilo de vida de la persona y mantenimiento de la abstinencia a lo largo del proceso y del tiempo.

Para poder trabajar desde todas las perspectivas y áreas de intervención se requeriría de la figura del educador/a, trabajando desde la multidisciplinariedad la conducta adictiva.

Por ello, el/la educador/a es una figura fundamental en el tratamiento abarcando así la parte conductual y contextual, desde un prisma individualizado adaptado a las particularidades de cada persona ayudando a mitigar aquello que produce malestar, haciendo relucir las oportunidades y fortalezas tanto internas como externas con las que cuenta la persona. Es decir, utilizar herramientas como saber posicionarse, marcar límites, la asertividad y la empatía, rodearse de personas de referencia, frecuentar lugares dónde se siente valorado y apoyado.

Asimismo, el/la educador/a ayuda a la persona a detectar las debilidades que pueda tener en dicho momento, como baja autoestima, falta de habilidades sociales, baja tolerancia a la frustración…, ofreciendo herramientas que ayuden a mejorarlas y propiciando el autoconocimiento personal e interviniendo ante las amenazas que se puedan presentar tales como situaciones desencadenantes, personas y lugares tóxicos.

Bibliografía:

  • Álvarez, A. (2003). La educación social como profesión. INDIVISA, 16, 20.
  • Galván, J., Hernández, A., Serna, G. (2008). Aproximación de las redes sociales una vía alterna para el estudio de la conducta de uso de drogas y su tratamiento. Salud Mental, 5(31.), 391-402. Recuperado de https://www.scielo.org.mx/pdf/sm/v31n5/v31n5a7.pdf
  • Ley,C (2003). Actividad Física y deporte en la terapia de drogodependientes, Un resumen de la situación y de las posibilidades en España y Alemania. Revista española de drogodependencias recuperado de: https://roderic.uv.es/bitstream/handle/10550/22243/v28n4_4.pdf?sequence=1&isAllowed=y
  • Pérez, F., Lara, F., González, M. y Sanz, C (2009). Ocio y tiempo libre en drogodependientes p.1-38. Recuperado de http://www.proyectohombreburgos.es/pdf/TiempoLibre_fin%20grante.pdf

 

Si necesitas más información sobre este artículo o sobre cualquier consulta que quieres realizarnos, puedes ponerte en contacto con nosotros desde cualquiera de nuestras Formas de Contacto.

Envíanos tu consulta.

Resolvemos tus dudas

Información Legal:

Registro Sanitario: Inscrita en el Registro de Centros y Servicios de Atención y Prevención de las Drogodependencias de la Comunidad Valenciana con el número ACD/4002

Contacto

Partida de Terrabona, SN
46220 Picassent Valencia

961 232 870
info@llaurantlallum.com

666 586 173

Copyright 2019 LLAURANT LA LLUM ©  Todos los Derechos Reservados