¿Por qué hay épocas en las que aumenta el riesgo de consumir y/o recaer?
Por lo general, las vacaciones son un período de descanso y bienestar; y algo similar ocurre con los días puntuales en los que, por razones culturales y vinculadas a la tradición, se celebra algo y realizamos actividades especiales durante el tiempo libre. Pueden ser las típicas fiestas del pueblo, cumpleaños, despedidas de soltero, cenas de empresa, etc…
Sin embargo, para las personas que han desarrollado una adicción, pasar por estos momentos del año supone afrontar un mayor riesgo de recaída, y ello supone un reto. Veamos por qué.
Las recaídas se producen cuando la persona vuelve a realizar la conducta a la que era adicto (en el caso de la adicción a las compras, la ludopatía o la adicción al sexo) o bien vuelve a consumir la sustancia que le provocaba dicha adicción (como puede ser la adicción al alcohol, a las drogas o a los fármacos).
Este es un resumen de las principales causas de recaída en adicciones que se producen durante las épocas festivas.
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Presión social
La presión social a la que son expuestas algunas personas en períodos vacacionales o en las festividades puede desencadenar dinámicas que las empujen a volver a consumir sustancias o bien a llevar a cabo aquellas actividades a las que eran adictas.
Por ejemplo, durante las épocas festivas se acostumbra a organizar cenas con bebidas alcohólicas, se brinda, se normaliza un cierto nivel de excesos con el alcohol, etc.
Es común que personas que desconocen la problemática animen a la persona adicta a tomarse una copa de alcohol, a tener un consumo puntual o excepcional de cocaína, etc… Desconocen el grave riesgo y repercusión de animar a las personas a este tipo de conductas. El adicto ya tiene un deseo intrínseco de poder volver a consumir controladamente y la presión de personas externas en un ambiente festivo y de excitación aumentan el riesgo de que rompa su compromiso con la abstinencia.
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Estrés de los preparativos
El estrés que produce tener que prepararse para el encuentro también es causante de un gran malestar en la persona y de un desequilibrio tal en su salud mental que pueden producirse recaídas inesperadas.
Son muchas las fuentes de estrés a las que se ven expuestas las personas en épocas festivas, entre las más habituales podemos destacar los preparativos para cualquier cena o celebración, comprar la comida, limpiar la casa o hacer las compras navideñas.
Muchas personas deciden realizar un buen control de estimulos toxicos y no participar en determinados eventos festivos, pues conocen la afectación negativa y el riesgo que estos tienen para su rehabilitación.
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Frustración al comparar los propios planes con los del resto
La frustración que genera compararse con el resto de familias en las que aparentemente no hay personas adictas y pueden disfrutar de vacaciones y fiestas aparentemente "perfectas" también puede provocar una gran afectación en la salud mental de alguien que haya podido sufrir una adicción.
Es por eso que resulta tan importante contar con el apoyo de los familiares y seres queridos en momentos de celebración, para que la persona no se sienta con el ánimo bajo.
Internamente el adicto tiene una gran y constante pelea entre lo que quiere hacer y lo que puede hacer. Al final es una cuestión de toma de decisiones personales, pero es inevitable que la persona se sobre estimule y se desestabilice al verse comprometida su dinámica y estructuración cotidiana.
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Mayor exposición a contenidos publicitarios relacionados con adicciones y sustancias.
La exposición a una gran cantidad de anuncios de bebidas alcohólicas y otro tipo de productos y servicios, sobre todo en Navidad, también puede precipitar la aparición de una recaída.
Esta exposición mediática también puede funcionar como un agente de presión añadida para que una persona consuma alcohol, tabaco u otras sustancias.
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Tensiones y conflictos familiares
La ansiedad que genera el tener que reunirnos con familiares que hace tiempo que no vemos también es una de las principales causas que pueden desencadenar una recaída a determinadas adicciones, especialmente si son desconocedores del problema de adicción o si son personas con las que se han tenido conflictos pasados a causa de la misma.
Muchas personas desarrollan comportamientos adictivos para superar sus problemas de ansiedad, es por eso que cuando los niveles de ansiedad vuelven a ser altos es posible que se vuelva a realizar la conducta adictiva. En las familias en las que existen diversos conflictos habituales y los ánimos están caldeados también pueden producirse recaídas por parte de personas que han tenido cualquier tipo de adicción.
De este modo, es importante mantener un ambiente relajado y evitar todo tipo de discusiones para no alterar a nadie que pueda estar pasándolo mal.
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Reencuentro con círculos sociales nocivos
Durante los procesos de desintoxicación y rehabilitación se recomienda cortar con el entorno social en el que se producía el consumo de sustancias. En este sentido, en épocas en las que la persona está más desocupada y puede dejar de seguir sus rutinas cotidianas, retoma ciertas costumbres por una falta de preparación de gestión del tiempo, y puede volver a interactuar en esos círculos sociales que predisponen a la adicción. En estas situaciones pueden producirse recaídas.
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Pérdida del horario habitual y ruptura de la planificación personal
Los horarios claros y la disciplina diaria en la realización de rutinas son esenciales para no recaer en la adicción; sin embargo, durante los períodos vacacionales o los estivos cuesta más tener referencias sobre qué hacer, a no ser que hayamos trazado un plan de antemano.
Al perder los horarios habituales, es posible que algunas personas tengan mayor predisposición a recaer en su adicción, ya que el malestar que produce el no saber a qué dedicar su tiempo hace que vean el consumo de drogas y el resto de conductas asociadas a la dependencia como una manera fácil de sentir que están haciendo algo relevante y capaz de centrar la atención en una tarea concreta.
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Abandono del tratamiento
Otra de las causas que pueden precipitar una recaída es el abandono del tratamiento de desintoxicación y rehabilitación en cualquier trastorno adictivo, algo que a menudo ocurre durante los periodos en los que hay vacaciones vinculadas a una época en la que hay varios días festivos. Es decir, se utiliza esta “ruptura” con lo cotidiano como una especie de excusa autoimpuesta para dejar de ir a terapia, algo que expone a la persona a un mayor riesgo de recaídas.
Es importante tener en cuenta este fenómeno, ya que durante las vacaciones tanto veraniegas como de navidad, es cuando más recaídas se producen, según las estadísticas.
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Exceso de confianza y falsa sensación de “curación”
Por último, esta es una de las causas que pueden precipitar el inicio de consumos y entrar en un proceso de recaída. La adicción es una enfermedad crónica que nunca se podrá controlar si se activa el consumo. Por mucho tiempo que se lleve abstinente la adicción no se apaga por completo, solamente se queda en standby. Es común que personas que llevan mucho tiempo abstinentes experimenten el autoengaño o creencia errónea de que van a poder volver a consumir controladamente sin llegar al punto en que se encontraron en el pasado. Nada mas lejos de la realidad, pues las recaídas se caracterizan por desatar consumos igual o mas descontrolados que los que se tenían en los peores momentos de la adicción.
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